#el retrato de una dama irlandesa
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flash56-chase05 · 4 months ago
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A ver.
Yo normalmente, a la hora de escribir, hago un boceto del personaje para poder mirarle a la cara mientras tanto. En El retrato de una Dama Irlandesa, hice dos que me dije que, en cuanto se publicaran los capítulos en los que aparecían, los subiría en un post adicional.
Para ese entonces, me quería tirar por un puente.
Así que... se me olvidó.
Pero ciertos asuntos ahora me han hecho recordarlos, así que aquí los tenéis.
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Admito que, en cuanto me pongo con el pelo, hay una necesidad en mí de hacerlo rizado. México debería tenerlo completamente liso, pero los resultados pueden ser dudosos.
Y, como extra, Francia siendo Francia en el fondo de otro dibujo 80 años antes.
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universonuevayork-blog · 8 years ago
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El pub más antiguo de Nueva York
McSorley’s, abierto hace 162 años en el Bowery, es el centro de reunión para los bomberos de Nueva York desde el 11-S
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Entrada al pub Mc Sorley’s, abierto en 1854 en el Bowery, al sur de Manhattan (Nueva York). / Antonio Rubio (flickr)
Cuando McSorley’s nació, en 1854, el Bowery, en Nueva York, era la fábrica de todos los vicios. Vagabundos y ladrones acechaban por igual en este barrio del sureste de Manhattan donde empieza el descenso hacia la bahía. La calle que recibe su nombre es la única arteria importante de la ciudad donde nunca se erigió un templo religioso. Hoy es un arrabal transformado, rodeado de instituciones universitarias donde aquella época ha quedado reservada a las películas de pandilleros y malhechores. Aun así, allí sigue el viejo pub, considerado el más antiguo de Nueva York, con sus suelos salpicados de serrín y sus paredes tapizadas de recuerdos y proclamas de adhesión a la independencia irlandesa.
Aunque para muchos haya perdido el empaque rústico de sus épocas más turbulentas, el mérito de haber sobrevivido hasta nuestros días en una ciudad que se renueva con notable facilidad basta para acercarse y acodarse sobre la barra. Allí estará un camarero de barba roja y antebrazos tatuados. Se llama Gregorio de La Haba, un artista descendiente de irlandeses y sevillanos casado con la hija del actual propietario. Un tipo capaz de recitar las historias del lugar sin dejar de servir pintas de cerveza rubia y negra; como dicta el santo y seña de la casa, una de cada por comensal.
Uno de los visitantes más queridos en la historia del local fue el reportero Joseph Mitchell, fallecido en 1996. Nombre de referencia para los lectores del New Yorker, solía visitar la taberna a la que dedicó una crónica que tituló (intraducible al español), The old house at home. Mitchell nunca dejó de cumplir con el rito de encerrarse diariamente unas horas en su despacho de la redacción y visitar, de cuando en cuando, este viejo antro. De La Haba recuerda haberlo visto en sus últimos años de vida. Su obituario, publicado en The New York Times, cuelga enmarcado en una de las paredes.
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La crónica de Mitchell forma parte de la memoria colectiva de la ciudad y sirve como bitácora de un viaje en el tiempo. Reseña los techos de McSorley's, cubiertos de telarañas, el ambiente soñoliento, los apolillados retratos de los tiempos fundacionales o la parrilla de la vieja estufa que aún se conserva, donde Old John, uno de los primeros propietarios, solía rematar la jornada echando una chuleta de tres libras sobre una cama de carbón de roble.
McSorley’s ya era un sitio más o menos reconocido a finales del siglo XIX. Una de las compañías de teatro más populares de Broadway se inspiró en el lugar para una comedia que se estrenó en 1887 bajo el nombre de McSorley’s inflation. Los teatreros Harrigan and Hart, precursores de los espectáculos musicales, ofrecieron un centenar de presentaciones en el Teatro Cómico. La humilde cervecería despertó inquietud. Desde entonces, ha sido un lugar reacio a los cambios. Gregorio de la Haba cuenta que Teresa Maher, su esposa, es la primera mujer en trabajar tras la barra. Probablemente, el cambio más profundo desde 1986, cuando la ley obligó a adecuar los lavabos para damas.
La edificación ha tenido solo tres propietarios en 152 años. El inmueble, de seis plantas, alberga actualmente a ocho familias. Los McSorley’s fueron los primeros en llegar hace más de un siglo. El último fue el suegro de Gregorio. Se llama Mattie Maher, un irlandés de corta estatura y nudillos gruesos de boxeador que compró la edificación en 1977 al nieto de un tal O’Conell. El edificio siempre ha estado a cargo de familias irlandesas que heredaron una vocación por el trabajo y una gran admiración hacia los mártires del movimiento independentista irlandés, que este año celebra el centenario del Levantamiento de Pascua.
El local de McSorley’s está compuesto de dos salones. Uno más largo y otro más ancho. Mobiliario rústico y una carta con hamburguesas y otros platos típicos estadounidenses. El aperitivo bandera tiene galletas de soda, mostaza de la casa, rodajas de queso y cebolla cruda. De La Haba deja excepcionalmente su puesto tras la barra para explicar a una familia que se ha sentado en la mesa predilecta del industrial y filántropo Peter Cooper, fundador de la cercana Cooper Union, una de las instituciones privadas con mayor reputación de la ciudad dentro de las artes, la arquitectura y la ingeniería.
Barra de McSorley’s, en el Bowery (Nueva York). / littleny (iStock)
Bill 'El Carnicero' en la pared
Los tiempos de Peter Cooper fueron precisamente los días que recrea Martin Scorsese en Gangs of New York. El director escogió McSorley's para hacer el casting de la película. Cerca de la puerta cuelga uno de los pocos retratos que hay del verdadero Bill el carnicero, personaje protagonista del filme, interpretado por Daniel Day Lewis. De la Haba cuenta que el verdadero nombre de Bill era William Pool, pugilista y rufián que se disputaba la supremacía de la zona con la cuadrilla de los Chicos del Bowery. Pool murió el 8 de marzo de 1855 tras un atentado perpetrado por una banda rival en el bar Stanwix Hall, muy cerca de la esquina de Broadway con Prince Street.
En las paredes del pub cuelgan portadas de periódicos de época que relatan el hundimiento del Titanic y carteles originales con la recompensa por atrapar al asesino de Lincoln. También hay algunos registros a color del cuerpo de bomberos neoyorquino, enraizado profundamente en el espíritu de la colonia católica de irlandeses-estadounidenses. Son fotos de desfiles y retratos de bomberos que adquirieron la aureola de héroes tras los atentados del 11 de Septiembre. De la Haba cuenta que en 2002 se reunieron oficiales de cuerpos de bomberos de medio mundo en McSorley’s para rendir tributo a los caídos durante la tareas de rescate en las derruidas Torres Gemelas. Desde entonces, cada 11 de septiembre, a las 3.34 de la tarde (hora en la que fallecieron, aquel día, 334 compañeros), se realiza un discurso de unos pocos minutos. La primera vez habló Richard Smith, de casi dos metros y bigotes poblados, líder del grupo élite Rescue 4.
La figura de pirata afable del barman Gregorio imprime el sello distintivo a esta nueva época de McSorley’s. Las historias que afloran desde cualquier rincón han sido heredadas entre generaciones. Como, por ejemplo, la de los dos pares de grilletes que cuelgan de un tubo. Los primeros pertenecieron al maestro del escapismo Harry Houdini. Cuentan que el mago visitaba el barrio a menudo porque el primer sindicato de actores judíos funcionó durante años en un edificio contiguo al pub y, a lo largo de la segunda y tercera avenida, se desplegaban varios teatros donde el prestidigitador exhibía sus trucos. Las otras esposas fueron, al parecer, el regalo de un habitual de la casa que había luchado en la Guerra de Secesión americana y los trajo como botín de una prisión del bando Confederado en Andersonville (Georgia).
Teresa Maher, esposa de Gregorio, se suma a la conversación para contar que le conoció en septiembre de 1994, cuando era un artista bohemio y quedó en el bar con un cliente que le había encargado un retrato para honrar a la primera bartender en 140 años de historia. De La Haba aceptó el reto y recibió días más tarde a Teresa en su estudio de Astor Place. “Solo imagínate mi cara cuando la vi entrar”, afirma con gracia. Gregorio y Teresa se casaron en 1998 y tienen dos hijos. Hoy trabajan en equipo junto a dos o tres camareros que han generado sentido de pertenencia hacia el pub, como sus mismos dueños. Entre ellos hay incluso un poeta: Geoffrey Bartholomew, autor del libro McSorley, voces desde el pub más antiguo de Nueva York.
Más pistas sorprendentes en Nueva York pinchando aquí
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flash56-chase05 · 1 year ago
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El retrato de una Dama Irlandesa
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Sinopsis:
Irlanda ya está demasiado cansada como para algo así.
Clasificación: T.
Categorías: Gen, Adventure, Romance, Hurt.
Número de palabras: 86 mil palabras.
Número de capítulos: 12.
.
CAPÍTULO 1. A los justos se les negará la Tierra. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 2. Murallas de papel tintado. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 3. Adscritos a un caudal sin control. Ao3 / ff.net. / Owen Roe O'Neill.
CAPÍTULO 4. Testigos de la plaga. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 5. En las garras del vacío. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 6. Lazos de porcelana. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 7. Velas de lino y limón. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 8. La manzana no cae lejos del árbol. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 9. Al otro lado del río. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 10. Sombras del pasado. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 11. Pueblo maldito. Ao3 / ff.net.
CAPÍTULO 12. Ya morirás mañana. Ao3 / ff.net.
Conviviendo con la muerte.
Notas finales: Gran Hambruna Irlandesa.
Glosario de enfermedades.
Portada.
.
Segunda parte de P.I.G.S.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Al otro lado del río
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 9 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Lazos de porcelana
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 6 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
Comentarios bajo la línea de separación.
Hoy es un día especial y, por tanto, hay doble capítulo.
Además, me apetece empezar ya la segunda parte del fic. Aunque todo esto sea necesario para llegar allí.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Adscritos a un caudal sin control
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 3 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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A los justos se les negará la Tierra
El retrato de una Dama Irlandesa
Irlanda ya está demasiado cansada como para algo así.
Capítulo 1 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
Comentarios bajo la línea de separación.
Este fic ha sido una tortura desde el mismísimo comienzo, pero es tan necesario que no puedo hacer como si no existiese.
Tengo pensado publicar un glosario de enfermedades y una línea temporal de la Gran Hambruna Irlandesa —cuya información está extraída de un libro de 1992; el más completo que he podido obtener sobre el tema—, pero eso será más adelante.
Sin más dilación, os dejo con la siguiente parte de P.I.G.S., que intenta cerrar el hueco entre Dulce y salvaje Hibernia y En la cuarta planta de Palacio.
(Todavía no es momento de hablar de lo siguiente.)
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Testigos de la plaga
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 4 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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El retrato de una Dama Irlandesa.
Se suponía que, para inspirarme, me iba a leer Las cenizas de Ángela (obra autobiográfica de Frank McCourt)—es casi un siglo después, sí, pero siguen siendo igual de miserables—, para inspirarme. Me lo terminé entre el día que empecé a escribir y el siguiente, sin siquiera completar el primer capítulo.
Pero bueno.
Todavía no sé cuándo voy a publicar esta historia —acabo de finalizar la revisión del fic completo y retoque de algunas escenas, y ahora mismo me da asco cómo escribo. Pero suele pasar tres veces por semana, así que supongo que me tengo que dar un respiro de bastante tiempo hasta que pueda leerlo—, pero supongo que dentro de un mes o así.
Por motivos históricos.
Y agrícolas.
En fin...
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Glosario de enfermedades
Porque nadie puede negar que los microorganismos, con sus efectos, han sido uno de los grandes motores de la Historia.
TIZÓN TARDÍO:
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La llamada mildiu o plaga de la patata se manifiesta por la infección de la raíz del tubérculo por el protista (que no hongo; tiene celulosa en lugar de quitina en la pared celular) Phytophthora infestans. Fue el responsable de la pérdida de las cosechas de 1845, 1846, 1848 y 1849 en Irlanda, de la Hambruna de la patata en los Highlands escoceses (bastante diferente a la irlandesa, pese a que se ubica en los mismos años) y, de forma indirecta, de más de un millón de muertes en la isla.
El origen de la cepa en específico, HERB-1, se ubica en la población de patatas del Valle de Toluca, México, desde 1950, aunque también hay evidencias de su presencia en Los Andes sudamericanos. Se dice entonces que se extendió a los cultivos de Canadá y Estados Unidos, y de ahí a Europa. La cepa perduró casi 50 años, hasta desaparecer para dejar paso a la US-1.
Su reproducción es tanto sexual como asexual, y se propaga con rapidez en condiciones de temperaturas elevadas (verano) y húmedas (norte de Europa), además de beneficiarse de los tubérculos enterrados de la cosecha del año anterior.
La infección en un principio se manifiesta con la aparición de manchas de color verde claro u oscuro en la hoja, que más tarde se transformarán en necrótidas; un moho velloso blanquecino.
En el tubérculo, se observa una podredumbre seca de color marrón que va avanzando hacia el interior de la patata, produciendo un color mucho más oscuro y una textura granular en el interior. Estas condiciones favorecen una infestación bacteriana secundaria, que es la causante del mal olor de los campos.
Incluso después de tantos años de la Gran Hambruna Irlandesa, la cepa US-1 del patógeno continúa siendo una gran amenaza para los cultivos de patata, tomate, soja, mielga, pimiento y cacao.
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DISENTERÍA:
Trastorno inflamatorio del intestino (del griego dys; alteración, y enteron; intestino), especialmente en el colón, que puede estar ocasionado por la infección por enterobacterias del género Shigella o por una ameba; la Entamoeba histolytica (en menor medida también por un irritante químico o una infección viral, pero no es el caso que nos atañe).
Se suele transmitir por la ingestión de alimentos o agua contaminada con heces. Sus principales síntomas son la diarrea y la aparición de sangre o mocos en esta, además de un dolor abdominal, fuertes retorcijones, fiebre y moco.
La infección bacteriana puede incluir también síntomas en las meninges (capas que envuelven al encéfalo y la médula espinal), y, conforme empeora, provoca deshidratación, convulsiones sin fiebre alta, excreción de la mucosa intestinal y/o revestimiento del recto por el ano, infección del torrente sanguíneo, bajada de los niveles de células sanguíneas (eritrocitos y plaquetas), entre otras.
Irrumpió con fuerza en el invierno entre 1847 y 1848 y posteriores.
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ESCORBUTO:
Más detalles aquí.
Enfermedad causada por falta de vitamina C (ácido ascórbico) en el organismo, ocasiona cansancio o debilidad, inflamación de encías con fácil sangrado, hemorragias cutáneas, dificultad de cicatrización y anemia, entre otras.
Aunque normalmente se la refiere en el contexto de los marineros en los largos viajes oceánicos, su aparición era muy común también en las hambrunas, sobre todo en niños, junto a otras enfermedades deficitarias durante el desarrollo, como el raquitismo o hipotiroidismo infantil, debido a la falta de ingestión de nutrientes.
La patata Lumper, cepa cultivada en Irlanda entre 1810 y los años de la Hambruna, era un excelente aporte nutricional, que, junto con la leche, aportaba suficiente proteína, carbohidratos, energía y sales minerales —entre ellos, la vitamina C—, para conformar una dieta balanceada y sana.
Cuando dicho recurso empezó a escasear, la enfermedad comenzó a aparecer entre la población.
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TIFUS:
No confundir con la fiebre tifoidea (causada por la ingestión de Salmonella Typhi por agua o alimentos contaminados), es una enfermedad ocasionada por bacterias del género Rickettsia, cuyo vector de transmisión suele ser el piojo del cuerpo.
Lejos del piojo que asociamos con la cabeza, el del cuerpo permanecía adherido a la ropa que llevaba el infectado debido a la escasa higiene. Desde su primera descripción a finales de siglo XV en España, el tifus apareció como epidemia múltiples veces, sobre todo en lugares de gran aglomeración y poca salud como las prisiones (inglesas en mayor medida).
Se reconoce que, durante el siglo XIX, el tifus era una enfermedad endémica en Irlanda.
Sin embargo, su incidencia aumentaría especialmente en los «barcos ataúd» (que cruzaban el Atlántico normalmente a Canadá, debido al poco coste de los pasajes, y en menor medida a Estados Unidos), por la situación de poca higiene (el poco agua que se ofrecía solo servía para cocinar y beber; no se permitía el aseo) y el hacinamiento en las antecámaras de los barcos, que permitió el contagio de una gran parte de los pasajeros. La enfermedad se registraba en las cuarentenas que tenían que atravesar en los puertos americanos, y fueron una de las causas del establecimiento de estas en primer lugar.
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Los síntomas más comunes son el dolor abdominal, de espalda, erupción roja y sin brillo que se va esparciendo por el cuerpo a partir del tronco, fiebre extremadamente alta, tos seca, dolor de cabeza y náuseas y vómito.
Con frecuencia, aparecen también signos y síntomas neurológicos de confusión, delirio o incluso convulsiones, cuyas complicaciones pueden llevar a la muerte.
También fue uno de los grandes nombres de enfermedades en las trincheras de la Primera y Segunda Guerra Mundial, además de en los campos de concentración alemanes, pero eso es otra historia.
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DIFTERIA:
Enfermedad inflamatoria aguda de las membranas mucosas de la nariz y la garganta (del griego diphthéra; membrana) causada por la exotoxina de la bacteria Corynebacterium diphtheriae.
Sus principales síntomas son la aparición de una membrana gruesa y de color gris (placa) que recubre la garganta y las amígdalas, dolor de garganta y voz ronca, glándulas inflamadas (aumento del tamaño de los ganglios linfáticos) en el principio del cuello, dificultad para respirar, secreción nasal, fiebre y escalofríos, cansancio, etc.
Es una de las enfermedades categorizada como «fiebre» en la época.
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CÓLERA:
O el gran protagonista del siglo XIX, a pesar de que las primeras descripciones se pueden encontrar en el siglo V a.C. en la Antigua Grecia. Es una enfermedad ocasionada por la bacteria Vibrio cholerae que se propaga a través del agua contaminada, y cuyos síntomas principales son la diarrea intensa y la deshidratación.
Es una de las más mortales, hasta el punto de que, si no se trata, puede resultar mortal en cuestión de horas por la gran pérdida de líquido que provoca la diarrea lechosa y pálida —no voy a profundizar en el desequilibrio iónico que produce la toxina, pero es por algo así—, (se describe como «semejante al agua en el que se ha enjuagado el arroz») y en menor medida los vómitos.
También acompañada por dolor abdominal, coloración azulada (cianosis) de las extremidades y mucosas por falta de oxígeno, ausencia de fiebre, apatía, decaimiento, calambres musculares, hipotensión, bajo ritmo cardiaco y el aumento de la viscosidad de la sangre debido a la falta de líquidos.
Este último síntoma deriva en complicaciones como ictus, infartos, entre otros.
Incluso si en Irlanda ya había habido epidemias de cólera durante la ola de los años 30 del siglo XIX, nada les prepararía para su aparición en los últimos años de la Hambruna (1848) y el gran número de fallecimientos que ocasionó.
Y, en 1849, llegaría a Gran Bretaña.
No sería hasta el 8 de septiembre de 1854 que el doctor John Snow, mediante la elaboración del siguiente mapa de los casos, logró determinar que la transmisión era por medio del agua debido a la concentración de enfermos en torno a la fuente.
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Como última curiosidad, la primera vacuna anticolérica fue elaborada por el español Jaime Ferrán y Clúa, que sería llamado a Valencia en la epidemia de cólera de 1885 para inmunizar a la población. Se tardó 20 años en reconocerle con el premio de la Academia de Ciencias de París de 1907.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Gran Hambruna Irlandesa
«El Todopoderoso, de hecho, envió la plaga, pero los ingleses crearon la Hambruna.»
—John Mitchel, 1861.
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—> Entre 1843 y 1844, llega a Inglaterra la noticia de que los campos de patata de Estados Unidos y Canadá han sido asolados por una misteriosa enfermedad.
Los barcos provenientes de Baltimore, Filadelfia y de la ciudad de Nueva York transportaban el cultivo a Europa, ignorantes de su condición, y para mediados de agosto de 1845, la enfermedad había alcanzado gran parte del norte y centro de Europa; Bélgica, los Países Bajos, el norte de Francia y el sur de Inglaterra.
—> 16 de agosto de 1845: The Gardeners' Chronicle and Horticultural Gazette informa de una plaga de carácter inusual en la isla Wight. El 23 de agosto comunica la noticia de una terrible enfermedad que se ha desatado entre la cosecha de patatas. En Bélgica, se dice que los campos están «completamente desolados».
—> 11 de septiembre de 1845: El Freeman's Journal notifica la aparición «de lo que se llama cólera en las patatas de Irlanda, especialmente en el norte». El 13 de septiembre, The Gardeners' Chronicle anuncia oficialmente la aparición de la plaga de la patata en Irlanda.
Muchas de las patatas se habían vuelto negras y se habían podrido, con las hojas marchitas. Más de la mitad de los irlandeses, sobre todo los de las zonas del noroeste —las más concentradas—, dependían exclusivamente de la patata (la avena y el ganado habían dejado de ser accesibles por sus precios).
Los fallos de la cosecha irlandesa eran relativamente comunes —aunque solo la situación de 1741 era siquiera comparable—, por lo que el Gobierno británico, en ese momento dirigido por el tory Robert Peel, tardó en darse cuenta de la gravedad.
De hecho, una semana después, una consulta del Gobierno concluyó que, aunque había habido fallos, la recogida era inusualmente abundante y podría compensar la pérdida.
Un mes después, otra consulta revelaría que la pérdida era mucho más grave en 17 de los 32 condados irlandeses. Entre un tercio y la mitad del cultivo había sido destruido.
El Gobierno encargó buscar una cura para la plaga, pero fracasó.
[No sería hasta 1882 que se descubriría que, si se esparcía una solución de sulfato cúprico sobre el protista Phytophthora infestans antes de infectar la raíz, se podía evitar la enfermedad.]
Agotadas las opciones por esa vía, se dieron cuenta de que tenían dos posibles soluciones: 1. Detener las exportaciones del grano que cultivaban los terratenientes de Leinster y era vendido a Gran Bretaña (en 1844 habían sido exportadas 294.000 toneladas de grano, y en 1845, 485.000) o 2. Importar más alimentos, a pesar de los múltiples problemas, como el miedo de los países a la plaga de la patata, que había causado que prohibiesen la exportación de comida, o la Corn Law, que debía proteger a los granjeros locales mediante la prohibición de las importaciones foráneas de grano.
La primera medida fue exigida por múltiples personalidades —entre ellos, Daniel O'Connell—, en una reunión con el Lord Teniente de Irlanda. Sin embargo, el Gobierno lo descartó al concluir que con eso no sería suficiente para alimentar a toda la población irlandesa.
Aun así, para la Historia ha quedado como una de las grandes traiciones de Gran Bretaña hacia Irlanda, aunque todavía estamos empezando.
Se terminó por derogar la Corn Law, con tal de impulsar la importación de alimento desde América para hacer frente al problema. En Westminster, los opositores de Peel le acusaron de estar utilizando la plaga para derogar la ley, o incluso de exagerar los efectos de la enfermedad de la patata en Irlanda.
—> Noviembre de 1845: £105.000 en maíz son importados desde Estados Unidos, y £46.000 desde Gran Bretaña. Debido a una ley de 1838, denominada Irish Poor Law, estas ayudas solo pueden ser distribuidas desde los asilos de pobres repartidos por el territorio irlandés y organizados por consejos locales denominados Law Unions.
Sin embargo, Peel era consciente de que no tenían la capacidad suficiente para hacerlo efectivo, así que estableció una comisión temporal de ayuda. Esta organizaría la distribución del alimento y su precio, aunque aquello no evitó que hubiese gente que tuviese que dar sus ropas y muebles para conseguir comida.
En un principio, muchos irlandeses no quisieron aceptar su caridad, pero terminaron por no tener otra opción. También se organizaron trabajos locales que, en su pico, tuvieron contratados alrededor de 140.000 personas. Pese a que los salarios eran muy bajos, lograron mantener a la mitad de ellas.
Las medidas del denominado como programa de ayuda de Peel lograron alimentar a más de un millón de personas durante un mes, aunque apenas había inanición en 1845. Paradójicamente, serían estas las que causarían el desmantelamiento del Gobierno tory en julio de 1846, al mismo tiempo que la comisión de ayuda enviaba malas noticias desde Irlanda.
—> Primavera de 1846: Se planta una cantidad mayor de patatas con tal de asegurarse de que la plaga no se repita. Sin embargo, ya en julio, la comisión envía un mensaje a Londres en el que lamenta que la previsión de la cosecha de ese año sea incluso más descorazonadora que la del anterior; la plaga ha aparecido antes y sus destrozos son mucho mayores.
El nuevo primer ministro whig —una especie de «liberal»—, John Russell, había acusado a Peel el año anterior de exagerar la situación por las pocas muertes. Su razonamiento era que habría cosecha suficiente que no hubiese sufrido los efectos de la plaga como para alimentar a la población y que no hubiese problemas, así que encargó a la Comisión que controlase la situación y repasase los efectos de las medidas de 1845 antes de implementar las suyas.
—> Mediados de agosto de 1846: Russell pone en marcha su plan en el Parlamento: la importación de alimento puede ser dejada a los mercaderes locales (la mayoría había dicho que no lo haría a no ser que se les ofreciesen las garantías necesarias; solo en Cork, Donegal y Kerry una pequeña comisión de mercaderes locales se aseguró de proporcionar el maíz con permiso de Londres) mientras que el Gobierno se ocupará de ofrecer empleo para proporcionarles un sueldo para que puedan comprar su propio alimento.
Se continuarían los planes de trabajo de Peel, aunque el sueldo tendría que estar restringido a la media local. Seguía siendo bajo; entre 8 y 10 libras al día, que no llegaban para sostener a una familia, y, por si fuese poco, el pago solía retrasarse.
Para marzo de 1847, habría apuntadas aproximadamente 750.000 personas.
—> Otoño de 1846: La cosecha vuelve a fracasar en la isla, aunque en una mayor proporción que el año anterior.
—> Diciembre de 1846: La falta de comida y dinero se traduce en que, en las zonas dependientes de la patata, la gente se muere de inanición. Un informe de Cork de la época describe cómo la Hambruna se ha vuelto tan terrible que muchos son enterrados sin siquiera «juicio o ataúd», y cómo un doctor en particular investiga tres cuerpos; dos correspondientes a niños muy jóvenes que habían llegado «a pasitos» al poblado, muertos de hambre, dando a conocer la noticia de que su madre había fallecido y de que su padre «no les ha hablado en cuatro días y está frío», y el otro a una madre cuyo hijo había fallecido también hacía tiempo, todos roídos por las ratas.
Aun así, el Gobierno se negó a permitir que la comisión de ayuda extendiese el reparto de comida fuera del Munster occidental y Donegal, creyendo que sus medidas funcionarían.
El Illustrated London News comenzó a publicar grabados a modo de imágenes de las víctimas a partir de 1847.
Mucha gente viajaba a las ciudades para obtener ayuda. Al principio, los ciudadanos eran generosos, aunque, según fueron pasando los meses, la hospitalidad fue sustituida por el miedo. La mayoría de los mendigos eran atraídos y confinados por la noche en los mercados, para ser subidos a carros a la mañana siguiente y dejados a gran distancia de las ciudades. Una gran parte perecía al no tener adonde ir.
Los niveles de crimen, de forma inevitable, se duplicaron entre 1846 y 1847.
—> Invierno entre 1846 y 1847: Solo la caridad logra mantener viva a miles de personas.
Los sacerdotes católico repartían alimentos entre los locales; la Sociedad de Amigos recolectaba dinero en América y Gran Bretaña, y un grupo de empresarios londinenses reunían dinero, incluyendo £2.000 de la Reina Victoria (y aquí está la anécdota del sultán otomano que pretendía donar una cantidad mayor, £10.000, pero no se le permitió porque «no se podía donar más que la Reina de Inglaterra», aunque, si entro en todo lo que se decía desde el lado británico, no acabo nunca).
Los terratenientes, por otro lado, estaban en extremos opuestos: algunos rechazaban las ayudas, aprovechando la oportunidad para desalojar a pequeños arrendatarios de sus terrenos; otros ni siquiera vivían en Irlanda, y algunos se llegaron a arruinar intentando mantener a sus arrendatarios.
Durante este tiempo, varios miles de personas murieron, ya fuese de enfermedad o de inición.
En esos meses, las migraciones a América en masa comenzaron (antes de la Hambruna también las había; 50.000 personas por año, pero sobre todo del Úlster y Leinster: personas que se podían permitir pagar el pasaje), hasta hasta el punto de que, entre los dos años, hubo aproximadamente 350.000 irlandeses que abandonaron la isla.
Solo el 3% tuvieron sus billetes pagados por el Gobierno o sus terratenientes.
—> Primavera de 1847: El Gobierno acepta que su política ha fallado de una forma catastrófica. Para este momento, la Junta se ha gastado £5.000.000 en ayudas, sin esperar que los impuestos puedan compensarlo. Es desmantelada en marzo para restituir una versión similar al esquema original de Peel.
Sin embargo, en un principio, el Gobierno seguía sin querer proporcionar la comida cocinada; debía de darse cruda para que los irlandeses la preparasen. La comisión insistió, entre ellos, su líder, sir Randolph Routh, que destacaba sus esfuerzos por conseguir que los mercados aceptasen el plan de la sopa, argumentando que también economizaba su comida.
El Gobierno establecería entonces las cocinas de sopa para alimentar a los irlandeses. Las juntas de empleo público fueron desmanteladas, y las cocinas de sopa comenzaron proporcionar raciones a 780.000 personas en mayo, cifra que alcanzaría los 3 millones en agosto.
La comida no era de gran calidad nutricional, y tampoco había una gran cantidad de ella. Las raciones terminaban siendo menores a las recomendadas para cada edad, aunque era algo que decidían los comités locales.
En algunas zonas, la gente era rechazada por parecer saludable, y en otras ni siquiera obtenían una ración completa. Hubo personas que terminaron en los juzgados para luchar por su derecho a la comida.
En otras, los terratenientes y comisionados locales aumentaron la ración, e incluso la duplicaban para los más necesitados. Hay registros de que, en algunas, el número de raciones entregadas excedía a la población local.
Sin embargo, hay un consenso de que, incluso con las importaciones, el Gobierno no gastó ni de cerca lo suficiente en las cocinas de sopa. En estos años, uno de los distribuidores de Belmullet (donde, al contrario de lo que aparece en el fic, el asilo de pobres no se construiría hasta 1849. Sin embargo, debido a la que Irish Poor Law solo autorizaba a los asilos a repartir la ayuda, me parece algo extraño que no hubiese, aunque fuese, algo similar) protestaba por seguir viendo cadáveres famélicos, aunque insistía en estar haciendo todo lo que podían con sus recursos limitados.
Las distintas enfermedades comenzaron a ser un problema, y era común que los doctores y comisionados muriesen también por estas.
Los que emigraban las llevaban consigo, y, en promedio, el 40% de los que embarcaban en los «botes ataúd» moriría en la ruta o justo después de la llegada.
—> Junio de 1847: Las nuevas medidas de ayuda se publican como una extensión de la Irish Poor Law. Una cláusula de William Gregory exime de la ayuda a cualquiera que poseyese más de un cuarto de acre de tierra. Esta es bastante malinterpretada, y muchos de los que necesitan de la ayuda son rechazados —los agricultores pobres deben prácticamente ceder toda su tierra a los arrendadores para poder acceder a la ayuda—, y los terratenientes la utilizan para desalojar a miles de labradores indeseados de sus tierras.
—> Octubre de 1847: Ante el éxito de la cosecha, se supone que lo peor ya ha pasado; las cocinas de sopa se cierran —solo se dejan abiertas aquellas que se consideren estrictamente necesarias—, y se depende de solo los asilos de pobres como fuente de ayuda, a pesar de que la mayoría ya supera la capacidad de personas para la que están preparados y se han vuelto nidos de enfermedades.
La aproximación del Gobierno estaba lejos de la realidad. Si bien la cosecha de 1847 no había sido afectada por la plaga, la mayoría de la gente había sido contratada por la juntas de empleo y no había trabajado en sus campos, por lo que apenas se habían plantado y, por tanto recogido, patatas.
Y el invierno de 1847 a 1848 se cobraría más víctimas que el anterior, con la llegada definitiva de la fiebre y la disentería, que se declararían como epidemias. En Dublín, se daría por concluida en febrero de 1848, aunque en muchas zonas continuaría por uno o dos años más.
Mucha gente murió por estar debilitada por el hambre y la malnutrición.
—> Otoño de 1848: La plaga vuelve a la cosecha, destruyendo la mayor parte del cultivo. Con los asilos mejorados, las muertes no son tan numerosas como en el anterior.
—> Invierno de 1848 a 1849: La epidemia de cólera se ceba con toda Irlanda (especialmente ciudades como Drogheda, Galway, Belfast, Limerick, Waterford, Kilkenny y Cork) y Gran Bretaña, sin distinción de clase social. Sin embargo, siguen saliendo más perjudicados los irlandeses; el Gobierno aún no se ha retractado de considerar el final de la Hambruna un año antes.
Durante el siguiente, el Gobierno intentó convencer a los agricultores de acostumbrarse a nuevos cultivos, y, aunque tuvo éxito en algunas áreas, muchos no quisieron hacer el cambio. La Sociedad de Amigos compraría y harían funcionar una «granja modelo» para enseñarles nuevos métodos agrícolas.
El brote de cólera pareció cesar en mayo.
—> Otoño de 1849: Vuelve la plaga, aunque no con la misma intensidad que el año anterior. Sin embargo, el invierno volverá a ser complicado por el regreso del cólera, junto a la discusión sobre aislar a los enfermos.
Los asilos seguirían manejando la ayuda, lo que dificultó determinar cuál fue el fin de la Hambruna, que terminaría de forma gradual.
Se acuerda que fue entre 1849 y 1850, cuando los asilos tuvieron la capacidad de cuidar a los indigentes, aunque la emigración continuaría (en menor medida) entre 1848 y 1852.
Los gastos durante la Hambruna fueron un total de £8 millones; £7 millones de los impuestos irlandeses y £1 millón de los terratenientes, que constituye entre el 2 y el 3% del total del gasto público del Gobierno durante esos años.
Algunos académicos dudan si el pobre estado financiero de Gran Bretaña podría haber permitido un gasto mayor, pero, a su vez, tenemos los datos de que el Gobierno estaba invirtiendo £100 millones en una guerra con el Imperio otomano en esos mismos años.
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Así que... se podría decir que la cita de John Mitchel no va muy desencaminada.
Aunque aquí tenéis los datos para juzgar.
Podría continuar con más datos sobre la Hambruna, como el tema de la migración, o incluso el preludio y los efectos posteriores (que también están incluidos en el libro del que saco la mayor parte de la información), o incluso añadir algunas de las «bonitas» citas que los diferentes miembros del Gobierno británico tenía dedicaban a los irlandeses en esas etapas tan duras, pero yo creo que esto es suficiente.
Con los simples hechos presentados de una forma objetiva —como en el libro—, basta. O eso creo.
Mañana seguramente publicaré el Glosario de enfermedades y daré por zanjado este fic.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Ya morirás mañana
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 12 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
Comentarios bajo la línea de separación.
Y aquí concluimos este fic, al puro estilo de En la cuarta planta de Palacio. Me gusta mucho ambientarme en esa época, qué se le va a hacer.
También podréis suponer que no va a haber ningún one-shot adicional a P.I.G.S..
Con esto ya he completado todo lo que vino antes.
El siguiente, que deseo realmente escribir a pesar de lo que he dicho con anterioridad, sigue las mismas reglas que En la cuarta planta de Palacio. De hecho, el anterior lo escribí con la premisa clara de la que había de ser su secuela.
Toma las riendas un personaje que no ha tenido demasiada importancia en las anteriores historias, pero que siempre se le ha tenido en cuenta. No por ello dejan de ser relevantes los otros dos, aunque tendrán menos palabras que dirigir.
¿A quién quiero engañar, cuando ya tengo el one-shot correspondiente publicado?
¿Qué falta? Que me ponga a ajustar detalles de la trama con datos históricos y a escribirlo de una puñetera vez.
Dadme más de un año, por favor.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Pueblo maldito
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 11 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Sombras del pasado
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 10 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
Comentarios bajo la línea de separación.
Debo admitir que escribir a Francia es un placer culpable.
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flash56-chase05 · 1 year ago
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La manzana no cae lejos del árbol
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 8 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
Comentarios bajo la línea de separación.
Y por fin hemos llegado.
Este y el siguiente son mis favoritos del fic —siempre con su contraste de amor-odio, por supuesto—, además de los más largos. Y me hace bastante gracia que cada uno lo terminase de escribir en cuatro días y con los de 6.000 palabras me tirase como una semana o así.
Pero bueno, cosas que pasan.
También me veo obligada a mencionar que en P.I.G.S., Estados Unidos es su versión nyo! y que este capítulo fue escrito la mayor parte con la canción de Another love de Tom Odell —la original, no el remix—, en bucle.
¿Por qué? Caprichos de la inspiración.
(Y en cuanto tenga tiempo siquiera de respirar terminaré las notas que tengo pendientes para este fic).
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flash56-chase05 · 1 year ago
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Velas de lino y limón
El retrato de una Dama Irlandesa, Capítulo 7 de 12.
Leer en: Ao3 / ff.net.
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